domingo, 21 de septiembre de 2025

Que la Palabra del Señor sea siempre tu pan de cada día

Mensaje de San Gabriel, el Arcángel y Nuestro Señor Jesucristo a Myriam Corsini en Carbonia, Cerdeña, Italia el 23 de febrero de 2003

Soy Gabriel.

Estoy aquí con vosotros los que me hacéis preguntas, os respondo como Jesús me dice, soy enviado por el Padre para ayudaros a ascender en espíritu, caritativamente y amorosamente sólo puedo ayudaros en el ámbito espiritual.

Querida Myriam, sabes que es así. Muchas veces no puedo responder a tus preguntas. Sabes que solo puedo responder al amor del Padre que ordena, y por consiguiente siempre estoy disponible solamente para la caridad y el amor.

Yo, Gabriel, ángel de infinito amor, vengo a vosotros con amor y caridad: en la vida terrenal todo pasa, la grandeza de la vida está aquí, en el Cielo.

Hoy queréis respuestas que nosotros en el Cielo no podemos dar, porque nada debe anticiparse; la vida debe fluir en la dirección asignada y con esperanza en Cristo Jesús.

Ten fe y reza, porque con la oración el Señor Dios recompensa e ilumina a sus hijos, pero esta será solo nuestra tarea, animaros a tener esperanza y fe en Jesucristo. No podemos deciros nada más, queridas hijas del Cielo, las cosas terrenales son terrestres, os amamos, os pedimos y urgimos que tengáis fe, amor y caridad en Cristo Jesús.

Ciertamente seréis agraciados de alguna manera porque el Señor no abandona a ninguno de sus hijos, así que tened fe, caridad y amor por vuestro prójimo, y todo se os dará según corresponda.

Que la palabra del Señor sea siempre tu pan de cada día. La vida terrenal está hecha de sufrimiento, pero todo sirve para el Paraíso. Sabed que nada se pierde. El Paraíso es como una mesa que acoge a todos los que tienen hambre y sed de Jesús.

Jesús está a punto de abrir las puertas del Cielo a todos aquellos que están en su infinito amor, y pronto lo veréis en su grandeza, en su infinita Majestad. Él es el Rey de reyes y estará con vosotros nuevamente en la Tierra y será glorioso en su infinito Amor, en la batalla que le verá victorioso contra aquel que es Malo,... quien quedará para siempre encadenado por las manos de Jesús, que nunca se abrirán.

La batalla está a mano, Satanás ruge como un león, pero sus garras y mandíbulas no tomarán a los hijos de Dios. "Dios está en la puerta" y será arrojado a las profundidades de la Tierra, encadenado para toda la vida e incluso más allá, para siempre; no tendrá escape y estará maldito para siempre. Y el amor será para todos aquellos que elijan a Dios, Cristo, el Crucificado, Aquel que ganará la última batalla que se librará en la Tierra. Él ya es el vencedor, y todos verán a Dios en la batalla final.

Dios, Cristo, el Rey de reyes, está una vez más entre vosotros como amor y paz. Id con la esperanza de presenciar la conversión de muchas almas. Dios las espera para darles felicidad. Su Inmaculado Corazón está lleno de amor por ellas y aguarda vuestras oraciones por estas almas que están lejos. Su infinito Amor pronto será visto por todos.

Os bendigo con Mi Inmaculado Corazón. Velad y permaneced firmes en el amor y la caridad. Pronto tendréis un amor infinito, e iréis así a llamar al pueblo, para reconciliar los corazones fríos con el Amor. Seréis las siervas del Señor y participaréis en la batalla final contra Satanás por la victoria definitiva en Cristo. Seréis como las flores del campo, no os faltará nada, nada os hará daño. Os bendigo en Cristo vuestro Señor.

Arcángel Gabriel.

Fuente: ➥ ColleDelBuonPastore.eu